La rehabilitación, salud e integración de las personas con discapacidad a través de la práctica del deporte se viene consolidando desde los años 60, cuando empiezan a regularse los deportes adaptados, aparecen los primeros organismos y federaciones nacionales e internacionales y se consolidó un movimiento atlético a nivel mundial.
Sin lugar a dudas los deportes adaptados necesitan de mucho apoyo de terceras personas, desde profesionales de la salud, deportistas, psicólogos y terapeutas. El deporte facilita la rehabilitación y funciona como terapia para que personas con una discapacidad física recuperen o mejoren su movilidad.
El deporte cumple la función de rehabilitador, terapeútico, estimulador y mejora la autoestima. Además de ser un hábito saludable, para las personas con discapacidad demanda esfuerzos para la inclusión social. Para las personas con discapacidad el deporte estimula la independencia y auto realización como dos principios fundamentales para el desarrollo y crecimiento.
Antes de practicar hay que consultar al médico la compatibilidad del deporte seleccionado con la discapacidad.
Los beneficios del deporte son incalculables puede mejorar y mantener la condición física, la coordinación, prevenir enfermedades por falta de movilidad, mejorar la autoestima, superación, independencia, responsabilidad, desarrollo social de la persona con discapacidad, mejorar la comunicación, entre otros beneficios.
También ayuda e gestionar emociones como la ira, la confusión, la angustia, la desilusión o la frustración, el miedo o la alegría. Las personas con discapacidad encuentran en el deporte beneficios físicos y psicológicos, potenciando la autoestima y la competencia social.