Entre los niños y los animales existe una relación natural, les ayuda a sentirse más valiosos y a crear un vínculo con otro ser humano por medio del animal, mejorando los niveles de desarrollo.
Esta relaciones generan mayor confianza y autoestima y mejoran el conocimiento de las emociones y cómo retrasmitirlas. Ayudan también en los niveles de motricidad, por ejemplo en el caso de la equinoterapia, el calor y las vibraciones hace que se modifiquen las conexiones de las neuronas y músculos, generando una mejora en las posturas, el movimiento y la comunicación no verbal.
Otro de los beneficios es la autonomía en aquellas personas con discapacidad a nivel neuromuscular o cerebral, por ejemplo el perro se convierte en su amigo asistente, ayudándole a realizar pequeñas tareas.
La interacción con los animales permite mejorar habilidades sociales, el perro y el caballo colaboran en este proceso debido a que emanan emociones, que en casos de personas con discapacidad son un tema a desarrollar en terapias.